Publicado el 31 diciembre 2014 | por Un pedazo de pan
2014 ha dejado poso
… y se llama Richemont
Pero si tengo que dar mi propia visión concisa diría que fueron días muy intensos. Se aprendía con explicaciones teóricas, gráficas, dibujos y debates (con lo que a mi me gusta una gráfica y que me dejen hacer preguntas).
Vivíamos (salvo dormir, pasábamos el día allí, prácticamente) en un aula-obrador.
Fui feliz al descubrir que es maravilloso que te den respuestas para preguntas que llevabas tiempo haciéndote, pero mejor es descubrir que hay preguntas que aún no te has hecho y que abren tu mente a explorar nuevas dimensiones.
Hicimos masas a montones cada día y por equipos, lo que ayudó a crear relaciones intensas entre nosotros, al menos en el grupo de los 4 Pantásticos, que era el nuestro.
Un día lo dedicamos al poolish, otro a la masas fermentadas, a la masa madre de trigo, a la de centeno, a los remojos y escaldados…
Luego discutíamos y comentábamos hasta en sus menores detalles con los demás equipos con la ayuda de nuestros profes. Hicimos catas de panes con problemas (un pan sobreamasado, un pan con exceso de malta enzimática, un pan subfermentado… ) para ver cómo esos defectos se traducían en la miga, la corteza, los aromas, las texturas; y catas de panes con distintos tiempos de reposo antes del formado (desde panes sin reposo a panes con primeras fermentaciones de 30, 45, 60 o 90 minutos).
Experimentamos con una tanda de baguetes, sacando una del horno cada tres minutos, para medir cómo progresaba la temperatura interior, la gelatinización de la miga, la formación de la corteza
Y así descubrir en qué momento el pan está cocido y en qué momento, además, se genera la corteza y los aromas a tostado…
Visitamos el laboratorio y vimos extensógrafos, alveógrafos y demás aparatos en funcionamiento, con los que luego miden y apoyan sus análisis sobre el comportamiento de harinas y masas en distintos procesos (por ejemplo, ¿mejora el desarrollo o la retención de gas de una masa enriquecida según el momento en el que se le añade la mantequilla o si el azúcar se añade granulado o disuelto en líquido?).
Además, y para los que le dan a la técnica del dulce es igualmente un centro de referencia en formación de pastelería y confitería (no os cuento los pasteles que nos servían cada día, mediodía y noche de postre a elección de cada uno de la vitrina general o del chef). Y allí desayunábamos (con un buffet con al menos 15 variedades de panes diarios), comíamos y cenábamos… con una carta diaria preparada para nosotros en nuestra mesa.
Para mí, poder integrarme en esta asociación ha sido cuando menos una gran sorpresa. A Lucerna iba con la inquietud y la duda de si estaría a la altura de las enseñanzas que se iban a impartir y, sobre todo, con la desazón sobre cómo aceptarían los panaderos profesionales a una “inflitrada” del mundo del pan casero. Sabía que su Presidente, Jorge Pastor, me había acogido con cariño y respeto por el trabajo de formación, información, difusión y cultura del buen pan que hacen muchos aficionados al pan casero. El resto del grupo no fue menos… A mí me adoptaron como una más… ¿qué puedo decir salvo que a veces es más compleja la relación entre algunos panaderos caseros que con este grupo de panaderos artesanos profesionales? No había personalismos, aunque en el grupo cada uno teníamos nuestra personalidad: preguntona, graciosa, rápida (al escoger receta para su grupo), noctámbula, madrugadora, la del corredor mañanero, …
La verdad es que éramos un grupo peculiar, con un consultor en panadería, alguno procedente del mundo de la maquinaria para panadería (hornos, amasadoras, etc.), muchos panaderos de varias generaciones, algunos recién llegados al mundillo, varios titulados universitarios (incluso varios con grado de doctor…), con lo que la visión de un mundo panadero profesional homogéneo, no tiene nada que ver con el Club Richemont España. El hecho de que este fuera el segundo grupo de 15 personas que ha pasado por este ciclo de formación avanzada muestra cuánto es el interés de desarrollo profesional del oficio entre los buenos panaderos españoles. Y los buenos están o deben estar asociados al CRE, Ya son casi 30 los panaderos que han recibido en dos años esta formación. Y eso significa, muchas empresas, muchos equipos de trabajo a los que hoy se les está transmitiendo ese saber y esa inquietud por el desarrollo profesional, por el conocimiento sólido de base y por la innovación y el servicio al cliente y al consumidor. Y eso es una grandísima noticia para todos, porque el pan y las masas son una de las bases más sólidas de nuestra alimentación,
Estoy convencida que si bien el CRE puede parecer algo lejano al panadero casero su impacto en la calidad y cultura del pan en nuestra tierra va a dejarse sentir si sigue caminando por esta senda en los próximos años. Y yo estoy convencida de que ello no hará sino estrechar la relación de los distintos grupos de amantes del pan: consultores, productores, harineras, centros de investigación, artesanos y, como no, panaderos caseros, es@s loc@s que nos hacemos nuestro pan de cada día y que por ello apreciamos cuando un pan es bueno de verdad y detrás de él hay esfuerzo, sabiduría, cariño y tiempo.
Como panadera casera y gracias a este blog he tenido la oportunidad de ir tejiendo una red de relaciones increíbles… hasta aquí, hasta ahora, tengo que reconocer que he recibido infinitamente más de lo que he dado gracias a muchas personas, algunas aún anónimas, otras con rostro y voz, manos y risas a las que me ha acercado la red. En años anteriores, el blog me ha llevado a las casas de muchos panaderos caseros. Este año, además, me ha abierto los obradores de muchos panaderos profesionales artesanos. No puedo más que cerrar el año dando gracias a unos y otros.
Y a riesgo de ofender, entre los primeros citaré a quienes considero amigos ya, Cecilia, Iñaki (Panarras), Jordi Mercade, Julio Hevia, Loreto, Maypi (Panfanatic), Montse (MMF), Rogelio (Highway to Heaven) y -como no- mis brujas del Akelarre del Sur (Elena, Jose, Pilar y Meli), Otros, menos conocidos en el entorno panadero, son presencias igualmente motoras de mis inquietudes, como Fernando Morillo.
Entre los segundos, los artesanos y profesionales del sector, siempre tienen un sitio en mis pensamientos panarras Pablo Conesa y Rebeca Ruiz, aunque en este año nos hayamos visto muy poco. Y eso habrá que enmendarlo. A cambio, este año he vuelto a ver a Josep Pascual, he conocido a Xavier Barriga, Jordi Morera y a todo mi grupo de compis en Lucerna, a Sergi y Manuel (Obrador la Hogaza) y al equipo de Tritordeum (con mención especial a Verónica Guerra) y al equipo de CETECE. Pero sobre todo he podido disfrutar de la confianza de Jorge Pastor (Panishop) y José Tovar (Crustum), a quienes les agradezco las horas, la intensidad y la calidez de sus conversaciones, de las que nunca salgo sin haber aprendido lo indecible.
Muy interesante la vivencia.
Y un poco de envidia je je.
Muy interesante la vivencia.
Y un poco de envidia je je.
increíble experiencia¡¡ enhorabuena, gracias por contarnoslo y felizz 2015 panarra¡¡¡
Buffff. ¡Qué intenso!
Me alegro mucho por ti y te deseo un 2015 mejor todavía.
Emocionante 2014! En el 2015 más y mejor! Feliz año!