Publicado el 13 agosto 2014 | por Un pedazo de pan
Le Pain Cordon Bleu!
Tradición panadera francesa de la mano de la alta cocina
¿Se puede pedir más?
¿Y qué siente uno cuando recibe un correo informándole de que Le Cordon Bleu Madrid va a a incorporar una formación en Panadería en su escuela de Madrid, tiene 45 años, una familia, una vida profesional más o menos compleja y vive a 600 km. de la escuela, la cual requiere una dedicación intensiva?
Hicimos un pan sencillo, relativamente rápido, a partir de un prefermento -un poolish– que el Chef Longo nos tenía ya preparado. Formado a partir de bolas de 50 gr., preparamos un pan decorativo para servir y compartir en la mesa.
Pero uno de los momentos clave de la tarde giró en torno a la masa madre del Chef Longo. Lo primero que hizo el chef Longo al enseñárnosla fue darnos una cuchara. Primera tarea de la tarde: ¡Había que probarla!
Una masa madre dulce, con mucho sabor a cereal y un toque picante al final, carbónico, bien activa.
Antes de marcharnos nos entregó a cada uno un poco de su Masa madre, con lo que parecíamos niños con zapatos nuevos. La mía llegó a casa 24 horas después, desfallecida de hambre… pues donde pasaba la noche en Madrid, no tenía harina con que alimentarla. Aún así, se está comportando muy, pero que muy bien.
Lo que más llamó mi atención fue la pauta de alimentación que utiliza el Chef Longo. Tras sacarla de la nevera la deja atemperar 3 horas. Luego la alimenta en proporción 1:1:1 (misma cantidad de masa madre, harina y agua), con el agua a 40º. La deja fermentar por 3 horas y la parte que no usa, la guarda en la nevera. Y así indefinidamente. La temperatura del agua, desde luego, consigue que la fermentación sea ágil y láctica. Pero en mi caso, en Sevilla, con la variación de hasta 15º de temperatura en la cocina entre invierno y verano, creo que hay que hacerle un ajuste a la temperatura del agua… al menos en verano o de lo contrario la masa se dispararía en tres horas.
Con esta masa madre elabora sus preparaciones, unas sólo de MM y otras en combinación con prefermentos de levadura o algo de levadura. Nos tenía allí un surtido de panes elaborados con varias harinas y técnicas que pudimos degustar.
Y lo acompañamos con una fabulosa degustación de queso, unos platos de buen jamón (y bien cortado) y unas copas de vino.
Con ello, el buen ambiente y una magnífica conversación hicimos tiempo para que nuestros panes fermentaran y se hornearan, practicando el antiguo y cálido arte de la convivencia, mientras analizábamos y probábamos cortezas y migas.
Puedo decir sin pudor que estos panes eran de los mejores que nunca he probado. El aroma estaba más allá de lo habitual: buen sabor a cereal, suave olor láctico a masa madre, crujiente de la semilla de amapola en la masa de una baguette -oh, deliciosa sorpresa que hacía de esa barra un bellezón incomparable en el mundo de los panes-, …
Aún más me llamó profundamente la atención la maestría en el horneado. Eran panes que estaban hechos antes de llegar nosotros, por lo que cuando los degustamos llevaban horas horneados (al menos 6 horas). Tenían una corteza potente, crujiente y sabrosa, con colores que iban del dorado y tostado de las baguettes al color ceniciento del pan de centeno y trigo. Pero al mismo tiempo, la miga era jugosa, húmeda. Al comerla producía esa sensación fresca que pocos panes artesanos tienen (y ninguno industrial, claro).
La verdad es que es una gran noticia para nuestro sistema educativo que la gastronomía haya llegado a las Universidades: parece que la idea ha tenido éxito entre las Universidades privadas (Universidad Católica de Murcia, Universidad Cardenal Herrera). Las Universidades públicas van más despacio por esta vertiente profesional a su formación, aunque la Universidad de Barcelona sí ha iniciado una interesantísima senda con la creación del Campus de la Alimentación de Torribera. En él concentra su formación en dietética y nutrición, ciencias los alimentos y seguridad alimentaria y su investigación en líneas como la Historia y la Cultura de la Alimentación, junto a otras más tecnológicas. Y fruto de esta concentración de conocimiento y de la alianza con la Universidad Politécnica de Cataluña, la Universidad de Barcelona va a poner en marcha un Grado de Ciencias Culinarias y Gastronómicas, en el que colabora elBUlliFoundation.
El caso más interesante para el aficionado al pan es el Grado en Gastronomñia y Artes Culinarias ofrecido por la Universidad de Mondragón en el Basque Culinary Center. Es la única de las titulaciones -de las referenciadas hasta aquí- que incluye una asignatura específica sobre “Panificación y usos del pan” (con 3 créditos obligatorios en el segundo semestre de los estudios). Pero este es otro tema, que me aleja de mi excursión a Le Cordon Bleu.
Esta escapada corta a Madrid me dejó muy buen sabor de boca. Además de probar los maravillosos panes del Chef Longo, tuve la oportunidad de hacer dos escapadas pendientes.
Visité la nueva tienda de El Horno de Babette, pero era el final de la mañana y había ya poco donde escoger. Probé dos de sus panes: el básico y un maravilloso pan de centeno con arándanos. Este último cayó como aperitivo en casa de mis tíos.
Sin duda, la invitación de Le Cordon Bleu va a ser uno de mis recuerdos más intensos de este verano. ¡Y quién sabe! Puede que de ello surjan nuevos proyectos.
Hola, Juan Antonio. Visita la web de Le Cordon Bleu en Madrid
Donde se ha e los cursos, que tiempo tienen de duracion y cuanto cuestan
Que envidiaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Jolín, qué envidia sana… Daría lo que fuera por entrar en esa escuela, tanto me da que me da lo mismo, pan que cocina… Es lo que quiero hacer, pero mi vida en este momento no me lo permite. Con lo que sólo me queda leerte y disfrutar contigo gracias a tus palabras de tan maravillosa experiencia. Felicidades Circe, qué gran día pasaste 😀 😀