Dulces
Publicado el 22 mayo 2011 | por Un pedazo de pan
Tarta rápida y sin horno
Llega el calor
Y con él, la búsqueda de postres que no necesiten horno
¡Esta es la mía!
Seguro que alguna vez has comprado un paquete de cereales de desayuno que luego tus hijos no han querido. A mí me gusta variar y a veces les doy la “sorpresa” de comprar cosas diferentes. Por ejemplo, en lugar de los “granos de arroz hinflado con chocolate” -sus preferidos- se me ocurrió comprar unos cereales con fibra a la canela.
Pero, ¿a quién se le ocurre? Pues a mí. Obviamente no todas las “sorpresas” dan en el clavo. Esta vez fue un desastre. Y los cuadraditos a la canela se han pasado un par de meses en un bote hermético sin que nadie les echara cuenta.
En fin, decidí hacer limpieza de primavera en la despensa. ¿Qué podría hacer con ellos? ¡Bingo! Una base de tarta, como las tradicionales de galleta, pero con cereales de desayuno.
Metí en la picadora los cereales, les añadí jengibre y nuez moscada para complementar la canela, y mantequilla …. y en 15 minutos tenía forrado el molde de la tarta.
Tras media hora en la nevera, saqué el dulce de níspero, lo templé para que se extendiera bien y cubrí el fondo de la tarta. Y encima, para terminar, una crema de queso dulce, como la que usé en la tarta de hojaldre ligero, crema de queso y mermelada.
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En fin, sin esfuerzo y rápidamente, tenía la tarta “dominguera” para agasajar a la familia: ¡esta semana había sido “dura” en el cole y nos merecíamos un extra!
Ingredientes
250 gr. de cereales de desayuno
100 gr. de mantequilla derretida
1 cuharadita de canela
1 cucharadita de jengibre
1/2 cucharadita de neuz moscada
200 gr. de mermelada o dulce de fruta
400 gr. de queso crema
100 gr. de azúcar glas
Método de elaboración
Triturar los cereales de desayuno. Mezclar con las especias y la mantequilla derretida. Forrar un molde desmontable de tarta (23 cms en la base, 27 cms en la parte superior y 4 cms de altura) engrasado. Con un pequeño rodillo o el fondo de un vaso pequeño, forrado de film transparente, apretar la masa triturada para que quede compacta. Enfriar media hora.
Cubrir la base de la tarta con mermelada (de cualquier fruta) o un dulce de fruta (de membrillo, por ejemplo). En este caso, he utilizado dulce de nísperos.
Batir el queso de untar (tipo Filadelfia) con el azúcar impalpable, hasta que quede una crema suave sin grumos. Extender sobre la mermelada. Alisar con una espátula. El adorno está hecho con una espátula dentada que se hace girar sobre un punto central.
Enfriar en la nevera, desmoldar y servir.
Hola, te he visto en el foro de whole kitchen y he venido a conocerte. Con tu permiso, me quedo por aquí, ojeando tus recetas. Un besito
Buenísima la tarta. Y fantástica la presentación.
Un abrazo
hombre, la verdad es que no hay color, yo también prefiero los cereales de tus hijos, jajaja. Eso sí, dame un cachito de esta tarta 😉
Salu2, Paula
http://conlaszarpasenlamasa.cultura-libre.net
http://galletilandia.blogspot.com
Estupenda idea para aprovechar las "novedades fallidas", sin duda me he sentido identificada contigo ya que yo también soy muy de probar cosas nuevas y los niños, en general, son poco dados a los cambios. Por otra parte, coincido contigo en que el verano es complicado para los postres, no sólo por el calor que genera el horno, sino por el problema que supone hacerles hueco en el frigorífico. Por desgracia, con el calor sevillano, no hay plato que resista. No lo dices, pero supongo que la tarta habrá sido un éxito.