Hay momentos en que la vida me parece un torbellino a mi alrededor. Las dos últimas semanas han girado con sus días, noches, horas, minutos y segundos en torno a mí, absorbiendo mi energía: proyectos casi cerrados, proyectos en marcha, nuevas ideas, … rutinas y desafíos, descubrimientos y aceptación, estímulos y frenos…. y en esa vorágine, hay varios elementos que me anclan a la realidad alejándome de la sensación de ser “mariquita la fantástica”: mis hijas, mi costilla, y como no, la lectura.

Los libros ejercen sobre mí un poder relajante. Será porque me trasladan a otra realidad, pero abren un paréntesis en mi mente y en mi espíritu, que me permite reencontrar una dosis de equilibrio.

Y estos han sido los libros más gastronómicos del pasado otoño… mediado ya el invierno no había encontrado el hueco para publicar sobre ellos hasta hoy.

• CASAS DELGADO, Francisco, Don Picoco de los Cerros. Señor de los fogones, iajero incansable y anfitrión amable, Sevilla, Ediciones Alfar, 2010, pp. 305 páginas.
• DUCASSE, Alain, El diccionario del amante de la cocina, Barcelona, Paidós, 2011, 542 páginas.
• VILLEGAS BECERRIL, Almudena, Saber del Sabor. Manual de cultura gastronómica, Almuzara, 2008, 240 páginas.
• VILLEGAS BECERRIL, Almudena, El libro del salmorejo. Historia de un viaje milenario, Almuzara, 2010, 142 páginas.

CASAS DELGADO, Francisco, Don Picoco de los Cerros. Señor de los fogones, viajero incansable y anfitrión amable, Sevilla, Ediciones Alfar, 2010, pp. 305 páginas. No es un recetario, no es un libro de cultura gastronómica o sobre la historia de la alimentación, como otras veces. Es una novela, mezcla interesante de revival de las aventuras del Quijote. El autor, jiennense y autor de otras novelas y obras gastronómicas sobre la cocina andaluza, entresaca del Quijote las citas de platos y comida. El protagonista de la novela -Don Picoco- un maestro de cocineros contemporáneo se hace acompañar por Sancho -directamente traído al presente de su tierra y tiempo natal- en un viaje turístico gastronómico por los pueblos y ciudades de la provincia de Jaén para corroborar la historicidad de la cocina jiennense actual y su relación con la cocina Cervantina. Un libro ameno y entretenido para la mesilla de noche, sin duda alguna.DUCASSE, Alain, El diccionario del amante de la cocina, Barcelona, Paidós, 2011, 542 páginas. Dentro de la colección de diccionarios gastronómicos -que comienzan a ser legión-, es una obra personalísima como debe serlo su autor, uno de los grandes de la cocina francesa, sin parangón. Y quizá esa grandeza destila entre las diversas entradas, especialmente en aquellas dedicadas a conceptos abstractos como la “Cultura y curiosidad”, “Design/diseño”, “Encuentros”,”Excelencia”, “Exprimir”, “Identidad”… y otros a lo largo de su ordenación alfabética. Las entradas dedicadas a productos abruman por su conocimiento del producto y, sobre todo, de los productores y por el derroche de creatividad en las numerosas presentaciones que sugiere. Eso sí, toda la obra está recubierta de un tupido velo de personalismo por las numerosas -¿excesivas?- referencias a sus diversos restaurantes y consiguientes cartas: muy “chef“, y para entenderlo, les invito a ver El Chef. La receta de la felicidad, con el cameo estelar de Santiago Segura.

VILLEGAS BECERRIL, Almudena, Saber del Sabor. Manual de cultura gastronómica, Almuzara, 2008, 240 páginas. Tomé este libro de la estantería de libros “para que me regalen” deprisa y corriendo porque salíamos de excursión y teníamos un viajecito en tren en el que entretenerme. Íbamos a Córdoba y profesora en la Universidad de Córdoba es su autora: ¡qué mejor lectura, me dije! Es una obra muy interesante, introductoria, general, que parte de la diferenciación entre alimentación y gastronomía, convirtiendo esta dualidad en hilo conductor de sus páginas. Un pero tan sólo a esta obra: es quizás excesivamente patente que el libro nace “como resultado del trabajo silencioso que correspondía a la preparación de unas notas para mis alumnos, en la asignatura “Cultura Gastronómica””, como indica su autora en las primeras líneas de la introducción a la obra. La obra, en ciertas páginas, es efectivamente un manual de clase, que tiene al lector por alumno. Quizás una revisión del lenguaje y la forma de presentación de los contenidos y temas hiciera de este magnífico texto por lo demás una verdadera obra de difusión y de cultura gastronómica, menos apegada a un programa académico universitario y dirigida a un público que no  se estudia los libros que lee, sino que se recrea en ellos.

VILLEGAS BECERRIL, Almudena, El libro del salmorejo. Historia de un viaje milenario, Almuzara, 2010, 142 páginas. ¡Casualidades de la vida! En ese viaje a la capital del califato, hicimos un alto en la Casa de Sefarad: en una librería de viejo de la ciudad nos habían comentado que la visita guiada del domingo correspondía al propio Sebastián de la Obra, antiguo adjunto al Defensor del Pueblo Andaluz, y actualmente director de la Biblioteca del Parlamento de Andalucía, Presidente de la Asociación de Derechos Humanos de Andalucía, Fundador de la Casa de Sefarad  a la que ha donado unos maravillosos fondos bibliográficos sobre los procesos de la Inquisición española. Y un personaje que igual nos habló de la cultura sefardí que nos cantó cánticos de boda en yiddish, sefardí o árabe mientras nos guiaba paso a paso por la historia del pueblo sefardí, incluyendo un paseo por su cocina -ay, esa adafina que ahora veo en mi cocotte cuando comienzo a preparar un puchero-. Y en la tienda de la Casa de Sefarad, en Córdoba claro, este libro. Hermano pequeño del anterior, de la misma autora (cordobesa ella recordemos), sobre el salmorejo, plato por antonomasia de la magnífica mesa cordobesa. No lo dudé, y si en el tren de ida leía a Almudena Villegas Becerril, en el de vuelta la re-leía, a dos manos, con dos libros. Su libro del salmorejo es mucho más que eso. Es una breve pero interesantísima historia sobre el pan y los guisos de pan (desde el puls romano a las gachas medievales y otros condumios similares). Es una colección de referencias al pan en obras como el relato del héroe sumerio Gilgamesh, las referencias a harinas y derivados de harina en las tablillas de Yale, a Hesíodo, a la Odisea, las crónicas de la “conquista de América”, y otros muchos detalles históricos. Una delicia para los que ponen el pan en el centro de la mesa.