Y sigo dando gracias.
Y esta vez, las gracias van y vienen cruzando el Atlántico.
Esta preciosidad se ha cocido en el molde que Meloguisomelocomotó, gran amiga y compañera de andanzas gastronómicas, me ha traido desde California. Gacias por hacer este sueño realidad. Le debía este post hace varias semanas pero he vuelto al trabajo de profesora y, a pesar de lo que puedan decir algunos políticos, no tengo tiempo ni para respirar. Me paso los días preparando clases (me tengo que reciclar después de dos años y medio sin enseñar) o corrigiendo tareas de los estudiantes.
Y además este año hemos tomado decisiones estratégicas como que las niñas coman en casa y no en el colegio la mayor parte de los días de la semana. Y con ellas en casa no puedo improvisar: la comida debe estar lista a su hora y mantener un equilibrio en la dieta semanal. Y a la par, tiene que resultar apetitosa para que al llegar del cole cansadas, la comida no se convierta en un rato de discusión, con el “Cometelo todo, acaba ya” como estribillo. Ah, y se me olvidaba, he decidido recuperar mis sanos hábitos y estoy intentando volver a la piscina al menos tres días por semana.
En fin, que no doy a basto entre la vida profesional y la doméstica. Y quizás el blog se ha resentido un poco (bueno, y mis demás hobbies, que los tengo). Pero ya he recargado las pilas. Y, además, ya tengo un molde original de Nordic Ware, mi molde de bundt. Y encima de que es un maravilloso regalo, es el molde de más capacidad que he tenido nunca. Y tengo que experimentar recetas, claro.
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Por eso he necesitado un par de pruebas antes de dar con las cantidades adecuadas. Esta receta es una adaptación del clásico bizcocho de yogur, en el que el vaso de yogur es la medida de los demás ingredientes (un yogur, una medida de aceite, dos de azúcar y tres de harina, tres huevos más la levadura y la corteza de limón rallada). Pero claro he tenido que reescalar las cantidades y las he pasado a gramos, para que sea más fácil: en total, más de un kilo y cuarto de bizcocho para disfrutar.
El bizcocho resultante es perfecto para una gran reunión familiar o con amigos. O también para congelar porciones e irlas sacando poco a poco a lo largo de la semana, para tener ese acompañamiento dulce en el café de media tarde. O una merienda sorpresa en la mochila del cole.
Ingredientes
5 huevos
250 gr. de azúcar (admite hasta 300 gramos según el paladar)
200 ml aceite
250 gr. yogur blanco sin azúcar
450 gr. harina
1 cucharadita de levadura de repostería
1/2 cucharadita de bicarbonato
1 limón: la ralladura de la corteza y el zumo
margarina y harina para engrasar y enharinar el molde
Método de elaboración
Calentar el horno a 180º. Engrasar y enharinar el molde.
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En un cuenco templado (se puede colocar sobre otro que tenga agua caliente), batir los huevos y el azúcar hasta que la mezcla esté muy espumosa y blanquecina. Puede tardarse unos cinco minutos con un batidor eléctrico de mano a máxima potencia.
Añadir el aceite en chorro fino, batiendo al mínimo de velocidad, para que no se baje la espuma. Una vez incorporado muy bien y muy lentamente todo el aceite, añadr el yogur (de golpe) y batir a baja velocidad para que se mezcle. Batir lo indispensable. Añadir luego la harina tamizada junto con la levadura de repostería y el bicarbonato y mezclar a baja velocidad.
Por último, añadir la corteza de limón rallada y el zumo del limón, mezclando bien con una espátula. Verter la mezcla en el molde: lo llenará más de la mitad, pero algo menos de dos tercios.
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Cocer el bizcocho 50-60 minutos, hasta que al pincharlo con una guja, esta salga limpia. Procurar no abrir el horno antes de que transcurran 45 minutos de cocción, para que el bizcocho no se baje. Una vez fuera del horno, dejar reposar 3-5 minutos antes de desmoldarlo. Voltearlo sobre una rejlla, y dejarlo enfriar completamente antes de servir. Puede adornarse con azúcar glas o con cobertura de chocolate, moka, etc.
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Meloguisomelocomoto: El molde admite, incluso, algo más de masa. Prueba a usar un total de 6 huevos, 500 gr. de harina y 325 gr. de azúcar. El bizcocho resultante será inmenso. Mi problema es que con estas cantidades estoy ya en el límite de capacidad de los cuencos que tengo para batiz y mezclar la masa.
Brétema, a mi me ocurre con algunas recetas. Hay una, por ejemplo, de bizcocho hecho con queso crema que siempre se me separa y quuda denso en el fondo. No sé por qué es: si la forma de batir y el orden de incorporar los ingredientes o por falta de harina.
Querida Circe, me alegra que la agitación de la vuelta al trabajo y a la rutina de cole, deberes, etc.,por fin de haya permitido estrenar el molde. Por otra parte, te diré que me viene muy bien que te hayas dado a la tarea de dar con la cantidades apropiadas para aprovechar del todo la capacidad del molde. Desde luego, puede servir para que meriende un regimiento, ja, ja Un beso.
Fíjate que a mí este bizcocho nunca me ha salido bien. No he conseguido que no se me apelmace.
Mucho ánimo con la vuelta al cole y, sobre todo, mucha paciencia.
Fabuloso molde, yo lo tengo en mi lista de pendientes.
Un abrazo