Y claro, a estas alturas, tenemos la nevera (la suya y la mía) llena de tarrinas con dulce de membrillo tierno. Y es el momento de explorar sus posibilidades. Por eso he pensado en hacer una variación de mi tradicional bizcocho de mermelada, usando dulce de membrillo. He tenido que hacer algunos ajustes para compensar azúcar y líquidos en la receta. El resultado -la nueva receta Bundt otoñal de membrillo- forma parte del concurso Bundt Cake organizado por Whole Kitchen.

El primer intento dió un resultado más que aceptable según Prime!, que cató las primicias aún templadas. Pero una segunda versión ha mejorado el resultado. Esta es la segunda y definitiva, al menos por el momento. El bizcocho resulta más tierno, más jugoso y más alto que en su primera versión. El secreto … al final os lo cuento.

Vaya por delante que no tengo molde tipo Bundt, así que lo he hecho en el más tradicional y castizo molde de rosca.

Calentar el horno a 180º.

100 gr. de azúcar

2 huevos
125 ml. de aceite de girasol
300 gr. de dulce de membrillo muy cremoso

200 gr. de harina blanca de trigo

25 gr. de maizena

una cucharadita de levadura en polvo

media cucharadita de sal

media cucharadita de bicarbonato sódico

1 yogúr blanco sin azúcar  (125 ml.)
Opcional: media cucharada pequeñita de una mezcla de clavo y pimienta de jamaica molidas

Método: Batir muy bien hasta que blanqueen los huevos con el azúcar. Añadir lentamente el aceite en chorro fino mientras se sigue batiendo. Añadir el dulce de membrillo y volver a batir.

Tamizar juntas las harinas, sal, especias (si las usas) y leudantes. Añadir la mitad a la masa líquida, batiendo suavemente. Añadir el yógur y batir. Añadir la harina restante.Mezclar bien con una espátula.

Verter en el molde engrasado y enharinado.  Meter en el horno 30 minutos o hasta que esté cocido. Basta hacer la prueba de la aguja: si al pinchar sale limpia, es que está ya cocido. Dejar reposar 5 minutos. Dar la vuelta sobre una tapa e invertir sobre una rejilla (esto sólo si se hace en molde de rosca). Si es un molde de Bundt, sólo hay que invertir el molde sobre una rejilla.

• Para batir los huevos y la mantequilla y que blanqueen en seguida, da buen resultado colocar el cuenco sobre otro en el que habrá agua caliente. El agua caliente ayuda a derretir el azúcar y templar el huevo. Pero hay que tener cuidado de que no esté tan caliente que cuaje el huevo.
• El bizcochon puede hacerse sólo con harina, utilizando entonces 225 gr. La maicena, sin embargo, le da una textura más fina a la masa.
• El clavo es la especia de olor que mejor le va al membrillo.
• El bizcocho puede hacerse con leche en lugar de yogúr. En tal caso no es necesario añadir el bicarbonato. Sólo hace falta usar 75 ml. de leche. Pero el yogur es el ingrediente secreto que hace de esta versión del bizcocho mi preferida: más tierno, más alto, más jugoso. ¿Qué otra cosa se puede pedir?
• Para servirlo como postre o merienda, aconsejo acompañarlo de una crema de queso. Queso y membrillo hacen una pareja perfecta. Basta batir 200 gr. de queso de untar (tipo Filadelfia) con 100 gr. de mantequilla resblandecida y 50 gr. de azúcar. La cantidad de azúcar puede ser mayor, según gustos. Con azúcar glas, la mezcla es mucho más rápida y homogénea.
• Los moldes tipo Bundt parecen tener mayor capacidad que mi molde antiguo de rosca. Creo que se podría doblar sin problema la receta. Pero yo no lo he intentado.