Dulces
Publicado el 16 abril 2012 | por Un pedazo de pan
Deliciosa, por sorpresa
Fruta para disfrutar
No ha sido un buen año de fresas (el frío, la sequía, no sé). Por eso no hemos hecho nuestra tradicional tanda de mermelada de fresa para todo el año. Y ya echábamos de menos tener mermelada nueva.Quedaban unas ciruelas atrasadas a las que nadie estaba haciendo caso… Y antes de que se echaran a perder las echamos a la cazuela. Y para que no se sintieran solas, añadimos un buen puñado de fresas, quizás ya las últimas de la temporada de este año.
Hemos hecho una mermelada deliciosa, pero ha sido por sorpresa. Ninguno imaginábamos que esta combinación resultara tan rica. No había encontrado una receta igual en mis tres libros de mermeladas y confituras. Pero todo es experimentar para descubrir. Es ácida y dulce a la vez, y de un rojo rubí con un halo dorado. Y lleva un toque de almíbar de naranja (mi famoso almíbar de caramelizar cortezas de naranja, que tras un magnífico invierno de cítricos, me tiene ocupado un buen sector de la nevera). Y esta ha sido otra receta en la que experimentar con el mismo.
Ingredientes
700 gr. ciruelas peladas y deshuesadas
500 gr. azúcar
300 gr. fresas limpiar y troceadas
100 ml. almíbar de caramelizar naranjas
15 ml. zumo de limón
15 ml. zumo de limón
Método de elaboración
Pelar y deshuesar las ciruelas. No desechar las pieles y los huesos. Lavar y trocear las fresas. Colocar todo en una cacerola ancha. Cubrir con el azúcar y dejar reposar varias horas (de 4 a 12 horas). El azúcar se derretirá y hará que la fruta suelte agua y pectina.Las pieles y huesos de las ciruelas se colocan en un hatillo de telas o en una malla de cocer legumbres (reservada sólo para la piel de las frutas cuando hacemos mermeladas, jaleas y confituras). Añadir el hatillo a la cacerola.
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Añadir el zumo de limón recién exprimido y hervir a fuego vivo. Al comienzo habrá que espumar la mezcla. La cacerola debe ser mucho mayor que la cantidad de fruta y azúcar, pues tiene a subir y desbordarse si no tenemos cuidado.
Según se consuma parte del agua y comience a espesar, hay que reducir el fuego a intensidad media y no dejar de remover. En esta segunda fase es fácil que: a) se pegue la mermelada; b) se queme el azúcar que contiene y le imparta sabor amargo.
A la par y en otra cazuela, hervir botes de cristal con sus tapas. Deben hervir 15-20 minutos al menos para asegurar la esterilización de los mismos. Cuando terminemos las mermeladas, se sacan los tarros del agua hirviendo con ayuda de unas pinzas y se colocan invertidos sobre un trapo limpio para que escurran el agua y se sequen.
Cuando haya espesado la mermelada a nuestro gusto, deben rellenarse los botes en caliente hasta el borde. Se cierra bien y se invierten para que se enfríen expulsando el aire que pueda quedar dentro. Hay que esperar al menos 12 horas antes de guardarlos en un lugar seco y oscuro. Si están en un lugar luminoso, la mermelada se oscurece rápidamente.
Ayyyy, a cucharadas me la comía yo! Todavía no me he puesto a ello.
Un abrazo
soy Circe lo que se desborde la mermalada ya me lo se yo. Muy buena la idea de colocar las pieles y los huesos en un hatillo, la próxima tanda de mermeladas lo pruebo.
Como se ve que ya le has cogido el punto a las mermeladas. Yo sólo lo he hecho una vez y me quedó demasiado aguada ;( Tomaré nota de tu receta y lo volveré a intentar. Un beso
Que maravilla, me vuelve loca el mundo de las mermeladas. Se ve preciosa de color y tiene que estar exquisita, como lo están todas las elaboradas en casa. Un beso
Qué buena pinta tiene. Me encantan tus trabajos. Si te pasas por mi blog te he dejado un reglo. Espero que te guste. postresparasorprender.blospot.com Besos
Que delicia me apunto pero ya, para reciclar fruta, que no se va a utilizar, como desayuno lo mejor.