¡Y que podamos celebrarlo muchos años más!
El verano es un momento delicioso para las celebraciones familiares. Con un poco de suerte -y la hemos tenido- las temperaturas han dado una tregua y hemos podido celebrar una de nuestras cenas de terraza. Esta vez, el motivo eran los 45 años de la boda de mis padres: Bodas de Zafiro, le dicen.
La verdad es que como todo el mundo tiene más tiempo libre y estamos relajados, el ágape fue maravilloso. Nos reunió en torno a una larga mesa llena de delicias. Pero lo mejor de la mesa fueron los convidados sorpresa, que dejaron a mis padres con la boca abierta y las lágrimas asomando por los ojos.
Las dos contribuciones de nuestro horno fueron, una vez más, una tarta y unas empanadas.
Repitiendo la idea de los
pasteles de chocolate y mousse de turrón, decidí montar una gran tarta de boda, con base de bizcocho de chocolate (con masa madre, claro) y una mousse blanca inmaculada, hecha con sidra. La receta original pedía cava, pero yo decidí que el sabor ligeramente afrutado de la sidra combinaba mejor con el bizcocho de chocolate. Y no fue una equivocación.
El efecto de la tarta blanca y negra fue espectacular al servirla de noche, con unos pequeños adornos de corazones de chocolate rosa.
Hornée el bizcocho en una plancha de 32 por 24 cms. y lo dejé reposar 24 horas bien tapado (para que se asentara sin secarse). Esta tarta necesita 24 horas de refrigeración, para que cuaje bien y el bizcocho funda su sabor con la mousse. Por ello, se comienza a preparar dos días antes de que se vaya a servir. El primer día se hace el bizcocho, el segundo se prepara la mousse y se monta la tarta y se refrigera. Se sirve el tercer día.
Os dejo con la receta de la mousse de cava o de sidra y las instrucciones para montar la tarta. No es un postre excesivamente dulce. Si se prefiere, puede añadirse algo más de azúcar a la mousse.
Ingredientes
1 sobre de gelatina neutra
50 ml. agua
400 ml. sidra (o cava)
400 ml. nata para montar
150 gr. azúcar impalpable
4 claras de huevo
Método de elaboración
En un cuenco pequeño, disolver la gelatina en el agua. Cuando esté bien hidratada, templar para que quede bien fundida, dejar enfriar. Añadirla al cava, que habremos medido en un jarra.
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Montar la nata con la mitad del azúcar en un cuenco. Para ello utilizar un cuenco metálico que habremos enfriado media hora en el congelador.
Cuando esté bien dura, añadir en chorro fino la sidra con la gelatina, utilizando la batidora a baja potencia. Al principio, se licuará la nata, pero como el conjunto está frío irá cuajándose un poco gracias a la gelatina.
En otro cuenco, montar las claras a punto de nieve con el resto del azúcar hasta hacer un merengue ligero.
Añadir el merengue a la mezcla de nata y sidra, sin utilizar la batidora. Es mejor usar una espátula y hacer movimientos envolventes para conservar todo lo posible la espuma de las claras.
Para montar la tarta, recortar con un aro un círculo de 24 cms. y 4 cms. de alto, igualando la superficie para que quedara bien recto. Emborracharlo;con el resto de la botella de sidra (o cava) con la que se ha preparado la mousse.
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Añadir un “collar” de papel de hornear o lámina de plástico alimentario semirígida, para poder contener la mousse.
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Verter la mousse sobre el bizcocho.
Me encanta!!Te ha quedado fenomenal, vaya corte!!Espectacular!!
Por cierto, Felicidades a tus padres!!
Salu2,Ana Pardeiro
Me encanta!
Saludos.
buff, me encantan los postres tipo mousse y gelatinas….tomo nota…a ver si ahora en el reposo del verano cae¡¡¡
pd: felicidades por la parte que te toca¡¡
Esta tarta de la foto la conoce servidora desde el día de Santa Cristina
Me ha enamorado esta tarta, tengo que probarla, aunque cambiaré la base al no tener horno.
Utilizaré el agar-agar, a ver qué tal sale.
Un abrazo