… Aprendiz de chef

Soy afortunada, siempre lo he dicho. Y este regalo es testimonio una vez más de cuántos “pedazos de pan” andan por el mundo.

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Estoy esperando que mis hijas lleguen del colegio y la abramos juntas. ¿qué será? ¿qué será? Por el momento, la primera imagen: una caja blanca, de 45x30x20, más o menos, que viene desde Vigo (Pontevedra). Ha cruzado España entera, es lo primero que me digo. Y me recuerda nuestro viaje gallego de este verano, aunque no alcanzamos a visitar Pontevedra y nos limitamos a un pequeño rincón de A Coruña. Así que el próximo paseo a Galicia TIENE que incluir Pontevedra y más concretamente Vigo y sus alrededores.

• Una carta preciooooooooooosa: gracias, amiga. En la carta explicaba cada uno de los regalos, su origen, su importancia, su sentido personal y especial en este paquete de lujo;
• Un libro maravilloso de cocina gallega, con el prólogo de Álvaro Cunqueiro: se ha convertido en lectura las próximas semanas, que seguro que me da alguna idea para los muchos menús de fiesta por venir en diciembre;
• Una gelatina -con aspecto delicioso- de uva albariña. Me la reservo para servirla con quesos y patés en el cumple de mi madre (falta poquito), aunque una de mis hijas casi, casi me toma la delantera y la abre para la tostada de su merienda;
• Un tarro de mirabeles en almíbar, que ya tiene destino: una tarta de masa sablé y crema de queso;
• Una botella de licor de uva albariña -que además de venir en una botella de diseño impresionante- tiene un aspecto arrebatador: el licor lo compartiré con mi padre, al que recuerdo siendo yo niña preparando en casa su propio pacharán;