Quedan tres semanas de otoño y estamos ya pensando en las fiestas navideñas.

• Un libro que estaba deseando encontrar desde que ví la película Julia & Julia. Meryl Streep es una de mis actrices favoritas y está película, además, recrea la vida de Julia Child (Meryl Streep) reinventando la vida de Julie Powell (Amy Adams). Cuando lo he leido me ha llevado a los antiguos libros de cocina europea, basados en las tradiciones escofferianas más estrictas con sus salsas blancas y oscuras, sus veloutés y sus preparaciones clásicas. Entiendo que debió fascinar a la audienca americana de los 60’s y 70’s. Hoy tiene el valor histórico que representa Julia Child, como emprendedora, modernizadora de la cocina trayendo la gastronomía al sector servicios (emisiones televisivas, demostraciones de cocina…) en una visión comercial moderna: no vendía libros, vendía bienestar, cultura, ocio, satisfacción personal…. Las recetas, en cambio, son demasiado recargadas y tradicionales a la vista de la evolución de la cocina -francesa y española- de los últimos 30 años. Es desde luego un complemento perfecto a la lectura de aquella otra obra a la que referí en un post anterior: El goloso. Una historia europea de la buena mesa, escrito por el Conde de Sert (Alianza Editorial, 2007, 447 páginas) y que nos describe perfectamente esa evolución de la cocina de escuela francesa tradicional a la cocina contemporánea.

• Este libro ha sido el regalo de cumpleaños que me hizo mi padre. Y lo eligió él: no procede de mi escondrijo de libros. Y tiene mérito porque: a) no lo tenía; b) no lo conocía; c) es un tesoro. Es un libro interesantísimo, con unas recetas fáciles y asequibles pero que impresionan en la mesa. Os ofrezco un título de cada sección de recetas para que veais a qué me refiero: mousse de ventresca de atún con cebollino crujiente (Los entrantes), vieiras con costra de hojaldre (Mariscos), rape con almejas y almendras (Pescados), pechugas con puré de brócoli y helado de tomate (Aves), filetes de ciervo al aceite de trufa con membrillos (Caza), solomillo de ternera con foie y puré de boniatos (Carnes), mousse de peras al vodka (Postres).

• Es un libro de recetas, pero es mucho más que eso. Las recetas proceden de un dietario médico de 1934 que llegó a manos del autor por una deriva familiar y lo encontró así, lleno de recetas culinarias -que no médicas-. Son interesantes, desde luego. Pero lo mejor del libro es la recreación histórica y estética del concepto gastronómico imperante durante la Segunda Répública. Es una delicia contemplar las reproducciones de anuncios de todo tipo de menús de hoteles y restaurantes, de suministradores de utensilios de cocina y productos innovadores (leche condensada, levadura royal, concentrado de carne…). Y aún más interesante leer la historia de las florecientes revistas gastronómicas madrileñas (Paladar, reista de cocina) y barcelonesas de la época (Menage), incluyendo la referencia a la ya existente cocina vegetariana. O la sección final dedicada a la coctelería bajo el título “Cócteles. Entre Chicote, Hemingway y Neruda”. Esta última incluye un buen número de recetas de originalísimos cocktails de los virtuosos del momento que pueden inspirar hoy a este movimiento de retorno al combinado (auqnue hoy predomina -hasta el aburrimiento- la ginebra): Miguel Boadas (de Boada’s, en Barcelona), Tommy (del Pidoux en Madrid), Perico Chicote (Madrid) …

• Mi última adquisición otoñal, en nuestra pequeña escapada al Puerto de Santa María. El primer día que pasamos allí, leyendo el periódico local mientras merendábamos unos riquísimos helados, ví una entrevista al autor de este libro, imagino que en plena promoción. Y claro, al día siguiente pasé por una librería y lo compré como recuerdo. Será de esos libros que, en poco tiempo, será difícil de encontrar por su pequeña tirada. Al calor de los actos que se están organizando para la celebración del segundo centenario de “La Pepa”, este libro con mucha gracia rescata 23 recetas tradicionales andaluzas, hilando historias inventadas, alguna anécdota real y muchas habladurías locales. Describe la vida cotidiana -el comer, biencomer y malcomer- del Cádiz sitiado por los franceses, mejor alimentado que la península ocupada gracias a su puerto y su comercio con ultramar. Pero también describe las pequeñas tretas para llenar mantel, plato y tripa  en la época. Un libro que hace sonreir al leerlo y al recordarlo. Entre las recetas, algunas tan desesperadas como las “Gaviotas rellenas” y otras tan tradicionales como las tortillitas de bacalao y camarones, el mazapán de Cádiz o las poleás.